La paloma representa la paz, la libertad y la serenidad que Dios ha compartido conmigo aquí en la Casa de la Paz. Estos regalos me han permitido experimentar la alegría y ternura de nuevo, como un desierto que ha recibido la lluvia y se está transformando en un jardín de flores frescas. Nuevas semillas están en el fondo y están brotando. Me siento viva de nuevo. M.A.
Mi vida era muy confusa, complicada y muy estresante. El vivir día a día con una persona a la cual yo temía por su actitud agresiva me hizo una persona malhumorada y muy a la defensiva. Me preocupé mucho por nuestras vidas y empecé a sentirme físicamente débil. Descubrí que tenía Lupus. Después de mucha lucha, tomé la decisión de salir con mis hijos por que quería cambiar la manera que vivimos. M.A.
La Casa de la Paz ha sido una bendición para mis hijos y para mí. Yo no tengo familia aquí, pero en Casa de la Paz he encontrado gente maravillosa que me han ofrecido su corazón, su apoyo y tolerancia. De esta experiencia, he aprendido que Dios está a mi lado y me lleva de Su mano. Quiero seguir adelante. Y quiero mantener la paz y esperanza que encontré aquí siempre. M.A